El incendio de Londres de 1666
En el año 1666 Londres sufrió un gigantesco incendio que la marcó como uno de sus hitos históricos. En una panadería situada en Pudding Lane, la madrugada del 2 de septiembre de 1666 se inició un fuego que se extendió por todo el centro de la ciudad .
La ciudad se mantuvo en llamas durante tres días, impidiendo su extinción un fuerte viento imperante. Además, en las construcciones en aquel tiempo dominaba la madera como material constructivo. Cuando el 6 de septiembre, por fin, fue dominado el fuego, se habían destruido cuatro quintas partes de Londres.
El fuego consumió 13.200 casas y 87 iglesias, entre las que se encontraba la Catedral de San Pablo y pese que se informó que el número de víctimas osciló entre 9 y 16 fallecidos, la realidad parece que fue otra muy distinta, estimándose unas 100.000 personas.
La reconstrucción de Londres fue encargada a Christopher Wren, quien propuso que debían imperar los materiales resistentes al fuego, como el ladrillo y la piedra, y modificar el plano urbano incorporando plazas y avenidas que actuaran como cortafuegos en caso de siniestro. Pero como muchos edificios habían conservado la marca de su perímetro, las disputas legales sobre las propiedades impidieron poner en marcha el nuevo plano ideado por Wren.
Finalmente, por intervención del Parlamento que recaudó fondos para la reconstrucción, Londres se reconstruida con su plano actual, pero a base de piedra y ladrillo. al pechar el carbón y eventualmente la ciudad fue reconstruida a su actual plano de calles, en el que se puede reconocer el primitivo plano de ciudad medieval.
Nace el seguro moderno contra incendios
El fuego del incendio de Londres destruyó más de 13.000 hogares. Lo malo para los habitantes de la época es que no existían los seguros de incendio. Para dirimir los asuntos relacionados con el gran siniestro se instituyó La Corte de Fuego, quien se encargó principalmente de decidir quién debía indemnizar en cada caso, labor que le ocupó una década. El médico Nicholas Barbon encontró en el desastre una oportunidad de negocio, procediendo a fundar una sociedad denominada Fire Office, la Oficina de Incendios, en 1667. El servicio consistía en la extinción de incendios a sus clientes. Estos, al contratar el seguro recibían una placa para colocar en las fachadas de sus edificios, en las que figuraba el número de póliza, de manera que quedaban identificados ante el servicio de extinción.
Pero la primera compañía de seguros de incendio moderna se funda algunos años después, hacia 1676, la Hamburguer General Feuerkasse. Más tarde se fundaron otras aseguradoras como la Sun Fire Office, en 1710 que actualmente es la compañía de seguros más antigua del mundo.
James Dalton, miembro destacado de la Asociación de Aseguradores Británicos, dijo una frase que ha quedado acuñada: “El Gran Incendio de Londres dio a pie a la industria moderna de seguros que conocemos hoy”.
En Estados Unidos, el país con la industria aseguradora más potente del mundo actualmente, la primera compañía de seguros se fundó en 1752; en Holanda en 1771; en Suiza en 1782; en Madrid en 1822 se fundó la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas; en Chile en 1853; y en Argentina en el año 1865.
Ya a comienzos del siglo XIX la industria de seguros gozaba de cierto desarrollo, realizándose el primer contrato de reaseguro del que se tiene noticia en 1821.
Cuando paseamos por las calles de las ciudades en las que existen edificios antiguos podemos ver las placas que las aseguradoras facilitaban antes a sus clientes con la leyenda “Asegurada de incendios”. Con buen criterio, estas placas se conservan a la hora de rehabilitar los edificios, pues forman parte de la historia.
Los seguros de incendio, actualmente, han quedado integrados en los productos multirriesgo, como el seguro multirriesgo de hogar, de comercio, de oficina o de industria, siendo la garantía principal en ellos.