Historia del seguro en España:
El mundo asegurador ha tenido una gran presencia en España desde la Edad Media. Si deseas conocer unas pinceladas de la Historia del seguro en España, podrás hacerlo en esta entrada.
En la actualidad, los ingresos de las compañías de seguros representan alrededor de 65.000 millones de euros en 2016 por las primas de seguro, un 12% más que el año anterior. De esa cifra, 33.000 millones corresponden al ramo de no vida y 31.000 millones al de vida, según los datos facilitados por Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA). Hasta llegar estas cifras, el camino recorrido ha sido muy largo.
Los primeros documentos que hacen referencia a la Historia del seguro en España corresponden al seguro marítimo, que aparece en Europa durante la Edad Media. Desde estos inicios tiene ya características de seguro privado, de carácter capitalista y creado para la obtención de beneficio empresarial. Los primeros documentos que se conservan señalan que este seguro marítimo empezó a practicarse en algunas ciudades el Mediterráneo que comerciaban entre sí, especialmente de España e Italia, durante la segunda mitad del siglo XIV.
En sus inicios, el seguro tuvo un éxito notable, gracias al comercio en el Mediterráneo y, más tarde, con las rutas comerciales del Imperio español con América. Algo más tarde, en los siglos XVII y XVIII, la presencia del seguro fue mínima hasta que comenzó a recuperarse lentamente en el siglo XIX, hasta llegar en la actualidad a unos niveles similares a los del resto de Europa.
Los cambios vertiginosos que vienen produciéndose desde el siglo XIX en las sociedades han sido acompañados por la industria aseguradora. Actualmente, el alargamiento de la vida humana ha provocado que los seguros públicos del sistema de pensiones se enfrenten por vez primera al reto de la longevidad, pero el seguro de vida lleva ya siglo y medio adaptándose a esta nueva situación.
Por otra parte, también supuso una revolución para los sistemas de seguro el hecho de que, hace algunas décadas, los consumidores evolucionasen en sus demandas desde el principio indemnizatorio en metálico hasta la expectativa de que el asegurador les prestase el servicio ante el siniestro, como sucede en la asistencia de la grúa en el seguro de vehículos, la consulta médica en el seguro de salud o hacerse cargo de las gestiones de un sepelio en los seguros de decesos. Tanto ha crecido la fórmula de prestación de servicios, que el seguro resuelve más de 50 millones de problemas anualmente.
Desde los años 70, el mercado asegurador español atraviesa una época de concentración y saneamiento sin requerir de ayudas públicas. En esta etapa, el sector asegurador español ha vivido un incremento significativo de la competencia, con la llegada de grandes multinacionales, y ha desarrollado instrumentos e instituciones que han permitido ofrecer un alto nivel de calidad y servicio a los asegurados.
Para que el sector continúe creciendo, en el futuro tendrá que seguir adaptándose a los cambios, entre ellos a los tecnológicos. La innovación ha creado retos importantes para las compañías de seguros y el aumento de la competencia procedente de los competidores actuales dará lugar a retos significativos en los próximos años. Aparecerán nuevos riesgos y nuevas formas de tratar los riesgos tradicionales, que será necesario conocer y medir, pues sin conocimiento y medición no hay seguro. Por otra parte, cambiará el modo en que las personas que necesitan el seguro conciben el hecho de acercarse al sector y adquirir las protecciones que ofrece.
En los próximos años aparecerán nuevas soluciones y el asesoramiento al cliente será un factor clave para el desarrollo del sector asegurador del futuro. Son grandes retos, pero en el fondo no demasiado distintos de los que ya afrontaron con éxito las compañías que operaban hace 100 años. No es casualidad que las aseguradoras se encuentren entre las entidades más longevas del mundo empresarial de cualquier país desarrollado.
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